Psicologia De Las Mujeres Treintañeras Psicologia De Las Mujeres Treintañeras

Psicologia De Las Mujeres Treintañeras

Comencemos por las mujeres que se encuentran en la tercera década de su vida, entre los treinta y los treinta y nueve años de edad.

Estas mujeres no son tan mayores, pero ellas se sienten como si lo fueran pues de ser solteras su familia y sus amigas se encargan de recordárselo con frases como “se te está yendo el tren” o “te estás quedando para vestir santos”.
Si la treintañera se encuentra en una relación estable, ya sea esta un matrimonio o unión libre, uno se encontrará con que en esta etapa de su vida la unión tiende a ser sólida, de ahí que tratar de seducir a una treintañera casada es una mala idea la mayor parte de las veces. La relación es nueva, los
hijos aún son pequeños, existen muchas razones poderosas para que ella no se atreva a atentar contra su pareja y cometer infidelidad.
Sin embargo, los treinta son también la década más productiva de la mujer. Existen otras actividades que ocupan su tiempo, como puede ser su trabajo, estudios de postgrado,etc.
En estas actividades ella convive con otras personas del sexo opuesto y podría permitirse un affaire, para ello elegirá siempre a un hombre que le inspire confianza y con una intachable fama de discreción, si deseas ser tú el elegido comienza a crearte esa fama cuanto antes.
Pero si tu interés es establecerte en una relación formal y de largo plazo con una mujer la treintañera aún soltera es la indicada.
La mayoría de las mujeres que aún permanecen solteras a los treinta arden de urgencia en comprometerse, y
no sólo por los comentarios desagradables de sus amigas que la hacen sentir como una quedada, sino porque su reloj biológico le recuerda que su vida fértil está en conteo regresivo hacia el final.
Es su propia naturaleza humana, su propio cuerpo, el que la obliga a querer ser madre ahora, antes de que la oportunidad se vaya definitivamente.
Es el instinto quien en este momento la domina. Todas sus exigencias de adolescente y la vanidad
que la caracterizaba se reducen ahora a un imperativo deseo: Encontrar un padre para su hijo.
Abundan las historias en las que el muchacho pasó años tratando sin éxito de conquistar a una chica, y cuando ambos están en los treinta finalmente ella accede a salir con él y terminan en el altar.
Esto refuerza lo antes mencionado, mas no significa que sólo aparecer frente a ella bastará para que
te acepte. Demostrar que serás un buen padre para su hijo se hace imperativo en este caso, exhibir cualidades alfa no es sólo el mejor, sino hasta ahora el único medio para lograrlo.